Entre sus éxitos más recordados figuran ‘Volveré a San Luis’ y ‘Un dolor de adiós’, piezas que lo consolidaron como una figura central de la canción melódica argentina.
El mundo de la música argentina despide a una de sus voces más recordadas. Yaco Monti, nacido en Villa Mercedes, San Luis, falleció a los 80 años en Buenos Aires tras una dura enfermedad.
Dueño de un estilo inconfundible, el intérprete dejó un legado que marcó generaciones con canciones que se convirtieron en verdaderos himnos de la canción romántica.
Una carrera que nació de la casualidad Julio César Eugenio, su verdadero nombre, nació el 18 de diciembre de 1944 en una familia humilde.
Su padre le enseñó a tocar la guitarra, pero le exigió seguir estudiando. Se formó como electricista en aviación, hasta que un episodio fortuito cambió su vida: mientras trabajaba en una fiambrería de Palermo, fue invitado a cantar en una cantina. Allí un productor lo escuchó y lo animó a participar en un concurso en Uruguay.
El destino lo llevó a ganar el certamen y, al regresar, ya lo esperaba Pipo Mancera para presentarlo en la televisión. El salto a la fama De acuerdo con el diario argentino ‘El Clarín’, su gran consagración llegó en 1966 en el Festival Internacional de la Canción Parque del Plata, en Uruguay, cuando interpretó ‘Siempre te recordaré’.
La ovación del público fue tal que marcó su triunfo y abrió las puertas a su primer contrato discográfico con Emi Odeon. Desde entonces, su música cruzó fronteras y llegó a América Latina y Europa.
Entre sus éxitos más recordados figuran ‘Volveré a San Luis’ y ‘Un dolor de adiós’, piezas que lo consolidaron como una figura central de la canción melódica argentina. Su estilo, una fusión entre el folclore cuyano y la balada romántica, lo convirtió en referente del género. Más allá de la música Monti también incursionó en el cine, participando en películas como ‘Escala musical’ (1966) y ‘Escándalo en la familia’ (1967), donde compartió pantalla con íconos como Niní Marshall. Además, sus canciones fueron interpretadas por artistas de la talla de Leonardo Favio, Los Pulpos y la mexicana Imelda Miller.
En 1969 grabó en París un álbum doble junto al prestigioso director de orquesta Frank Pourcel, un hito que reforzó su proyección internacional. Fe, familia y legado De profundas creencias religiosas, eligió su nombre artístico uniendo “Yaco”, tomado de un pasaje bíblico, con “Monti”, el apellido de su madre. Fue padre de tres hijos, dos de los cuales siguieron sus pasos en la música:
Facundo, compositor y cantante, y Jonathan, bajista y vocalista. La noticia de su fallecimiento fue confirmada el 18 de septiembre por su familia a través de un emotivo mensaje en redes sociales: “Con una pena inmensa tengo que anunciar la partida de mi padre.
¡Se va el más grande! Padre, hermano y amigo, hasta siempre, viejo querido”. San Luis, la tierra que lo vio nacer, lo llora como a una leyenda. Yaco Monti quedará en la memoria como la voz que supo unir la pasión romántica con las raíces cuyanas, llevando la música argentina más allá de sus fronteras.