La controversia por la “Frisby española” sumará un nuevo capítulo: Charles Dupont, portavoz de la marca, anunció que abrirán sus dos primeros restaurantes en Madrid y Barcelona antes de finalizar el año, así como diez cocinas ocultas en principales ciudades de España, dependiendo del éxito de una ronda de inversión en curso con la que buscan recaudar un millón de euros.
En redes sociales, Dupont aseguró que planean contratar 90 empleados (25 en Madrid, 25 en Barcelona y cuatro por cada cocina oculta) en esta fase operativa, argumentando que la notoriedad alcanzada les permitirá consolidar el negocio tras generar más de 1.000 millones de interacciones en redes. “Pensamos que ahora debemos salir de esta controversia para pasar a la fase operativa”, afirmó.
¿En qué va la disputa legal?
La llamada “Frisby española” se benefició de un vacío en el registro de marca en la Unión Europea, logrando registrar el nombre al no encontrar la marca previamente inscrita por la Frisby colombiana.
Desde entonces, la empresa en España inició una estrategia de expectativa usando en redes sociales el logo, mascota y colores similares de Frisby, generando reacciones de la comunidad colombiana y de expertos en propiedad intelectual, quienes han señalado que la empresa española estaría apropiándose de la reputación y la identidad de la Frisby colombiana.
Dupont aseguró que realizaron cambios en la identidad gráfica: eliminaron el color amarillo, modificaron ligeramente la fotografía y eliminaron la mascota, aunque, según observadores, la identidad sigue siendo similar.
Por ahora, la Frisby colombiana no ha anunciado acciones legales, pero expertos señalan que existen fundamentos para presentar demandas por plagio y aprovechamiento indebido de reputación en el mercado europeo, especialmente en un contexto donde la comunidad colombiana en España, cercana al millón de personas, crece y constituye un mercado objetivo para productos de identidad nacional.