La llegada de León XIV al papado ha despertado una oleada de reacciones a nivel global. No solo por ser el primer papa estadounidense de la historia, sino por el profundo significado que muchos líderes le atribuyen a su experiencia en América Latina y su vocación de diálogo en tiempos de fragmentación mundial.
Desde Donald Trump hasta Gustavo Petro, pasando por Emmanuel Macron, Claudia Sheinbaum y Volodímir Zelenski, los mensajes dirigidos al nuevo pontífice reflejan tanto expectativas espirituales como agendas políticas que esperan encontrar eco en la voz del Vaticano.
“¡Es un gran honor para Estados Unidos!”, escribió el expresidente Donald Trump desde su red social Truth Social, con tono triunfalista. El nombramiento de Robert Francis Prevost, un misionero de raíces agustinianas y años de servicio en Perú, ha sido interpretado por muchos como un puente entre el Norte y el Sur, entre la tradición y el cambio.
En Europa, los mensajes se tiñeron de diplomacia y esperanza. Emmanuel Macron habló de un momento “histórico para la Iglesia”, mientras el presidente español Pedro Sánchez apostó por un pontificado que defienda los derechos humanos y el diálogo global. Desde Alemania, el canciller Friedrich Merz proyectó a León XIV como “ancla de esperanza” en un mundo de incertidumbre.
El eco también llegó desde territorios en conflicto. Zelenski, presidente de Ucrania, aprovechó para agradecer el respaldo moral del Vaticano e instó a que se mantenga firme en el llamado por la paz. Israel, por su parte, saludó el nombramiento con una invitación a fortalecer el diálogo interreligioso, vital en una región siempre en tensión.
En América Latina, los mensajes fueron especialmente cálidos. Claudia Sheinbaum, desde México, destacó la convergencia entre el Vaticano y su gobierno en la búsqueda de paz y equidad. Y desde Colombia, el presidente Gustavo Petro dio un giro simbólico a su felicitación: “Más que estadounidense, León XIV es latinoamericano por corazón y experiencia”.
Petro también lo vinculó con causas urgentes como la defensa de los migrantes y la lucha climática: “Ojalá nos ayude a construir esa gran fuerza de la humanidad que defienda la vida…”. Su mensaje cerró evocando Chicago, ciudad natal del pontífice, como una “gran ciudad obrera y progresista”, cargada de significado para la izquierda latinoamericana.
La elección de León XIV no solo marca un nuevo capítulo para la Iglesia Católica, sino que también redefine el rol del Vaticano como actor global. Su historia personal, su conexión con América Latina y su compromiso con los más vulnerables lo perfilan como un líder capaz de tejer puentes en un mundo que los necesita con urgencia.