El exmandatario cumple cinco años tras ser condenado por recibir financiación ilícita del régimen de Gadafi para su campaña de 2007.
El expresidente Nicolas Sarkozy ingresó este [día] a la prisión parisina de La Santé para cumplir una pena de cinco años tras ser condenado por aceptar fondos ilegales del régimen de Muamar Gadafi durante su campaña presidencial de 2007.
A su llegada, fue recibido por decenas de seguidores y familiares, quienes entonaron La Marsellesa en señal de respaldo.
Este hecho marca un precedente histórico en Francia, ya que ningún expresidente había sido encarcelado previamente por delitos relacionados con su mandato o campaña electoral.
En la cárcel
A finales de la semana pasada fue recibido en el Palacio del Elíseo por el presidente Emmanuel Macron, quien declaró el lunes a los periodistas que “era normal que, a nivel humano, recibiera a uno de mis predecesores en ese contexto”.
En una nueva muestra de apoyo oficial al expresidente, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, dijo que iría a visitarlo a la cárcel como parte de su función de garantizar la seguridad de Sarkozy y el buen funcionamiento de la prisión.
“No puedo ser insensible al sufrimiento de un hombre”, añadió.
Antes de su llegada a la prisión de La Santé, Sarkozy concedió una serie de entrevistas a varios medios de comunicación. “No le tengo miedo a la cárcel. Mantendré la cabeza alta, incluso a las puertas de la prisión”, dijo a “La Tribune”.
Sarkozy siempre negó cualquier irregularidad en el caso que acusa a su campaña presidencial de 2007 de haber sido financiada con millones de euros procedentes de Libia.
El antiguo líder de centro-derecha fue absuelto de haber recibido personalmente el dinero, pero condenado por asociación ilícita junto con dos de sus colaboradores más cercanos, Brice Hortefeux y Claude Guéant, por su papel en la financiación secreta de la campaña por parte de los libios.
Ambos mantuvieron conversaciones con el jefe de inteligencia y cuñado de Gadafi en 2005, una reunión organizada por un intermediario franco-libanés llamado Ziad Tiakeddine, que murió en el Líbano poco antes de la condena de Sarkozy.
Al haber presentado un recurso, Sarkozy sigue siendo considerado inocente, pero se le ha comunicado que debe ingresar en prisión dada la “gravedad excepcional de los hechos”.
Sarkozy aseguró que se llevaría dos libros a la cárcel, una vida de Jesús y “El conde de Montecristo”, la historia de un hombre encarcelado injustamente que se escapa para vengarse de sus acusadores.