Por primera vez en 102 años, los parisinos y turistas pudieron sumergirse legalmente en las aguas del río Sena, tras la apertura de tres zonas de baño en el corazón de la ciudad.
Las zonas habilitadas se encuentran frente a la isla de San Luis, en el muelle de Grenelle y en Bercy, donde decenas de personas disfrutaron de un baño con el río a 25-27 grados, en plena ola de calor.
“Ha sido genial, perfecto”, expresó Sébastien, un parisino emocionado al salir del agua, mientras que Véronique, otra residente, destacó lo agradable que fue nadar en agua dulce, con la temperatura ideal.
En el muelle de Grenelle, los bañistas tuvieron una vista única: nadar frente a la Torre Eiffel y al puente Bir Hakeim, lo que muchos calificaron como una experiencia “mágica”.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, celebró este hito destacando que “la felicidad de nadar en el Sena es también un acto ecologista importante”, mientras que el gobierno local recordó que se trata de una herencia de los Juegos Olímpicos de París 2024.
El regreso del baño al Sena ha sido posible gracias a una inversión de 1.400 millones de euros en limpieza y adecuación, con trabajos iniciados a finales de los años noventa y reforzados desde 2016.
Los puntos de baño cuentan con vestuarios, duchas, taquillas, áreas de descanso y vigilancia de socorristas. Los bañistas deben utilizar boyas amarillas por seguridad. Las autoridades realizarán análisis diarios del agua y, en caso de detectar niveles peligrosos, cerrarán temporalmente las zonas de baño.
Las áreas estarán abiertas de forma gratuita hasta el 31 de agosto, permitiendo a locales y visitantes disfrutar de una experiencia histórica: nadar en el Sena, en pleno corazón de París.