Un panel de expertos que asesora al Gobierno británico sugiere esperar hasta enero para ver si la variante ómicron acarrea un aumento de hospitalizaciones entre los vacunados.
“Si no vemos un aumento brusco de casos u hospitalizaciones en las próximas cuatro o seis semanas, podemos empezar a relajarnos”, cita el periódico a Matt Keeling.
Hasta la fecha se han detectado más de 40 positivos de ómicron en el Reino Unido, pero se sospecha que la cifra real es mucho mayor, y que numerosos casos acaban subreportados debido a las deficiencias en el sistema de pruebas.
Al respecto, Keeling admitió la posibilidad de que los contagios empiecen a dispararse en una semana o dos , pero indicó que “los efectos en cadena sobre las admisiones hospitalarias tardarán más”.
A finales de noviembre pasado, la Organización Mundial de la Salud calificó de “preocupante” la nueva variante ómicron identificada en Sudáfrica y advirtió de que el riesgo global relacionado con ella “es muy alto”.
La nueva variante ómicron, detectada ya en todos los continentes, presenta un elevado número de mutaciones en la proteína de la espícula que apuntan a un mayor riesgo de reinfección frente a otras variantes de preocupación, según la OMS.