La decisión del gabinete de seguridad de Israel de aprobar el plan del primer ministro Benjamín Netanyahu para “tomar el control” de Ciudad de Gaza y “derrotar a Hamás” ha generado una ola de críticas y pronunciamientos en contra en distintos países y organismos internacionales.
Hamás advirtió que la expansión de la ofensiva “significa sacrificar” a los rehenes, lo que —aseguran— revela “un desprecio por sus vidas”.
En el plano diplomático, Alemania anunció la suspensión de exportaciones de equipos militares a Israel que puedan ser utilizados en la Franja de Gaza, mientras que Países Bajos retiró tres licencias de exportación de piezas para barcos militares por “riesgo de uso final no deseado”.
Desde la ONU, el alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Turk, alertó que los planes de ocupación militar total podrían violar el derecho internacional.
En la misma línea, los gobiernos de China, Australia y Reino Unido instaron a Israel a detener la extensión de sus ataques sobre territorio palestino.