Los países de la Unión Europea (UE) acordaron este martes cambiar de enfoque sobre las restricciones a los viajeros europeos para frenar el coronavirus, como las pruebas de detección o las cuarentenas, que en adelante ya no dependerán del país de procedencia, sino del certificado covid digital de cada persona.
El Consejo de la UE aprobó esa modificación, que responde “al aumento significativo” en la administración de vacunas en la UE y “la rápida aplicación del certificado covid”, indicó esa institución en un comunicado.
El objetivo es simplificar las normas aplicables y dar más claridad y previsibilidad a los viajeros.
Los cambios, que no tienen carácter vinculante sino que conforman una recomendación, entrarán en vigor el próximo 1 de febrero.
La nueva recomendación mantiene la posibilidad de que los países impongan medidas adicionales a los viajeros desde zonas color “rojo oscuro”, consideradas de alto riesgo en el mapa de colores del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
Para confeccionarlo se tiene en cuenta la tasa de notificación de casos de covid correspondiente a 14 días, la administración de la vacuna y la tasa de pruebas realizadas.
En días anteriores Bruselas había propuesto el pasado noviembre que la decisión de imponer o no restricciones a los viajeros se basara en el estatus sanitario de las personas (que figura en el certificado covid digital) y no en la situación epidemiológica del país desde donde se haya viajado.
Las personas que no cuenten con el certificado podrían verse obligadas a pasar una prueba de detección antes o a más tardar 24 horas después de la llegada, con puntuales excepciones, incluidos los niños menores de 12 años o los trabajadores transfronterizos.
La propuesta aprobada no deja de ser una recomendación, sin carácter vinculante para los estados miembros.