Por Eduardo Verano de la Rosa
La bandera azul que ondea majestuosa en Salinas del Rey es un símbolo poderoso de que el Atlántico ha entrado, por la puerta grande, a la élite mundial del turismo sostenible.
Es la primera playa con vocación deportiva de América en alcanzar este codiciado galardón de la Foundation for Environmental Education (FEE), y es, sin lugar a dudas, un triunfo que nos pertenece a todos y eleva el estándar de todo el país.
Recuerdo, no hace mucho, cuando Salinas del Rey era simplemente un tesoro escondido. Hoy, gracias a una gestión pública en proyección, es un faro que cumple con 33 rigurosos criterios internacionales en calidad del agua, seguridad, accesibilidad y educación ambiental.
Este logro, que certifica un kilómetro de frente costero y dignifica el trabajo de nuestras comunidades, es la prueba del trabajo incansable para darle a este territorio herramientas fundamentales que le permitan a cada sector de la economía prosperar, y el turismo es nuestra gran apuesta.
Entendimos que no podíamos esperar resultados de clase mundial con una infraestructura de rezago. Por ello, nuestra inversión ha girado en torno a tres pilares diferenciadores competitivos: conectividad vial, conectividad digital y servicios públicos en ascenso.
No hay sostenibilidad sin dignidad. Me enorgullece especialmente que nuestro trabajo en agua potable y saneamiento básico haya sido destacado a nivel nacional, siendo reconocida la Secretaría departamental como la mejor del país.
Estos insumos, que quizás parezcan meramente administrativos, son la justificación detrás del crecimiento del turismo en el Atlántico.
Ocupación hotelera: el Atlántico se mantiene por encima del promedio nacional. A septiembre de 2025, superamos al país en 9.34 puntos porcentuales, alcanzando una ocupación del 59.34 % frente al 50 % nacional.
Aceleración aérea internacional: el movimiento de pasajeros internacionales (acumulado enero-septiembre) experimentó un crecimiento del +47.13 % en 2025: 149.304 pasajeros más con respecto al año anterior.
Aumento de pasajeros nacionales: el flujo interno también se dispara. El movimiento de pasajeros nacionales (acumulado enero-septiembre) creció un +17.39 % en 2025, llegando a 1.044.160 pasajeros. Esto refleja el orgullo y la elección de los colombianos por el Caribe del Atlántico.
Rendimiento de infraestructura turística: El movimiento masivo de visitantes a nuestras obras insignia demuestra la necesidad de control y seguridad.
La Bandera Azul es la cúspide de este esfuerzo. Para blindar esta calidad, hemos lanzado proyectos como el SITCAT, valorado en $609.400.000, destinado a proveer asistencia técnica especializada e implementar buenas prácticas en 50 empresarios y 3 municipios del departamento, asegurando que la excelencia sea la norma.
El camino que tomamos, de la mano de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal) y la FEE, es un modelo de gobernanza comunitaria.
La labor de nuestros operadores turísticos, de los instructores de kitesurf como José Imitola, y de los estudiantes como Isabela Rojas, quienes han abrazado la educación ambiental, es la verdadera esencia de este galardón.
Salinas del Rey es un punto en alza. Es la muestra que cuando el liderazgo se ejerce con la visión puesta en la competitividad, la sostenibilidad y la gente, el resultado es el orgullo y el reconocimiento global. ¡Atlántico va por más!









