El abogado Abelardo de la Espriella logró superar los 4 millones de firmas de respaldo a su aspiración presidencial, una cifra que, según fuentes cercanas a su campaña, multiplica por siete el mínimo exigido por la Registraduría para inscribir un movimiento ciudadano. El umbral requerido es ligeramente superior a las 600.000 firmas.
Debido a que la Registraduría suele invalidar entre el 50 % y el 60 % de los apoyos presentados, las campañas suelen apuntar a un millón o más para asegurar su inscripción. En este caso, el volumen alcanzado por el equipo de De la Espriella prácticamente garantiza su presencia en la contienda. La formalización de la inscripción está prevista para el próximo jueves 4 de diciembre.
En recientes mediciones de opinión, De la Espriella encabeza la intención de voto, seguido por Miguel Uribe, quien registra un 19,3 %, y Sergio Fajardo, con un 16,0 %.
Tensiones en la derecha
Mientras la campaña del abogado consolida su estructura, en el sector de derecha persisten divisiones sobre la posibilidad de una coalición. De acuerdo con información conocida por Blu Radio, algunos precandidatos con menor reconocimiento no estarían dispuestos a enfrentarlo en una eventual consulta, temiendo una derrota anticipada.
A ello se suma la propuesta impulsada por sectores cercanos a figuras como Vicky Dávila y varios exministros, quienes promueven una coalición alternativa que excluya a De la Espriella, lo que ha profundizado la fragmentación interna. El foco ahora está en la decisión del expresidente Álvaro Uribe, quien, según fuentes políticas, definirá antes de finalizar el año si respaldará a De la Espriella o a Juan Carlos Pinzón, movimiento que podría reordenar el panorama del sector.
Retos en la izquierda
En el otro espectro político también hay incertidumbre. El Frente Amplio podría ver en riesgo la consulta prevista para marzo debido a dudas jurídicas sobre la participación de Iván Cepeda, quien ya compitió previamente en un proceso interpartidista. Si la consulta se cancela, la izquierda llegaría dividida a la primera vuelta, con Roy Barreras y Cepeda como aspirantes independientes, un escenario que podría debilitar su competitividad frente a una eventual coalición de derecha.









