El presidente Gustavo Petro ofreció este martes un extenso y caótico discurso de una hora y 48 minutos en el que lanzó múltiples insultos, teorías sin coherencia y ataques a diferentes sectores, pese a su compromiso de desescalar el lenguaje tras el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
El mandatario llamó “perra cocker spaniel”, “rateros” y “falsos” a sus detractores y a medios de comunicación, mezclando temas como la salud, la corrupción, las EPS, las razas, los ministros que “lo traicionaron” y hasta referencias desordenadas sobre arte rupestre en Brasil.
“No hay peor insulto que se le pueda decir a un periodista o medio de comunicación que mentirosos, y aquí han sido profundamente mentirosos, falsos”, expresó Petro en un momento de su intervención.
En otro pasaje, aseguró que “los rateros de Chapinero matan indígenas” y se refirió a una metáfora para hablar de razas diciendo:
“La raza es de los fascistas. (…) O si no, pongan una perra cocker spaniel en la calle en celo y verá que no son los cocker spaniel los que llegan.”
El presidente también acusó de corrupción a las EPS, a sectores políticos y a empresarios, tildándolos de “mafiosos” y “criminales” por, según él, enriquecerse con dineros públicos.
Pese a que había prometido moderar su lenguaje tras la mediación de la Iglesia Católica y los llamados de distintos sectores políticos, el discurso de Petro se convirtió en una cadena de ataques, ofensas y teorías improvisadas, que se transmitió en directo a través de los canales públicos.
El mandatario insistió en que los problemas fiscales del país se deben a “robos del erario” y a “mafias que se llevan el oro y el carbón”, y atacó a magistrados, periodistas y a su propio gabinete, señalando que “la mayoría de mis ministros y ministras me han traicionado”.
Este nuevo episodio ocurre mientras el país enfrenta una escalada de polarización y violencia política, y se suma a las tensiones generadas por la reforma a la salud y la situación fiscal del gobierno.