Habitantes de la vereda El Lobato, ubicada en el corregimiento de Buenavista, al sur del departamento del Magdalena, han alzado su voz de alerta ante el crítico estado de la vía principal que conecta a esta zona rural con el municipio de Guamal y otras poblaciones vecinas. La situación se ha agravado por el constante desbordamiento del brazo del río Magdalena, lo cual ha dejado la carretera prácticamente intransitable para vehículos, permitiendo únicamente el paso de motocicletas y bicicletas.
El corregimiento de Buenavista, perteneciente al municipio de San Sebastián de Buenavista, cuenta con una sola calle principal y una vía de entrada y salida que bordea el brazo de Mompox. La comunidad se encuentra geográficamente en una zona vulnerable: al sur limita con el corregimiento de Murillo (municipio de Guamal), y al norte con la cabecera municipal. Por la parte trasera del pueblo se extiende la ciénaga del Playón, que se une con la gran ciénaga de La Rinconada, compartida entre los municipios vecinos.
Según testimonios de la comunidad, tras el aguacero del pasado 12 de junio, un nuevo colapso de la vía provocó la entrada del agua por una zona erosionada, lo que podría acelerar el proceso de desbordamiento del río y la comunicación directa con las ciénagas. De persistir esta situación, se teme una inundación de gran escala que pondría en riesgo la vida de los habitantes, así como sus viviendas, cultivos, animales y pertenencias.
“Estamos en riesgo constante. De un lado tenemos el río y del otro un potrero inundado. Solo quedan tres metros de carretera. Si el río sigue desbordándose, podríamos quedar completamente aislados y bajo el agua”, aseguró un líder comunitario.
La preocupación es aún mayor debido al mal estado del único puente que conecta a Buenavista con la cabecera municipal, lo cual dificulta una evacuación segura o el ingreso de ayuda en caso de emergencia.
Ante esta alarmante situación, la comunidad hace un llamado urgente al alcalde de San Sebastián de Buenavista, Jivanildo Bordet Meriño, y a las autoridades competentes, para que intervengan con prontitud y gestionen soluciones efectivas que garanticen la seguridad de los habitantes y la conservación de esta vía vital para la región.