En la mañana de este martes, la paciencia se agotó en el corregimiento de Los Venados, en el Cesar. Cansados de vivir entre promesas incumplidas y baldes vacíos, los habitantes decidieron salir a la carretera y bloquear la vía Bosconia – Valledupar, una de las más transitadas de la región.
El punto del bloqueo: justo en la entrada al corregimiento, donde colocaron piedras, palos y hasta pancartas que gritan lo que el Estado ha ignorado: ¡Necesitamos agua!
Según cuentan los pobladores, el drama comenzó hace más de tres años, cuando durante la construcción de la doble calzada se rompió un tubo matriz. Desde entonces, la comunidad quedó desconectada del sistema de agua potable y nadie ha venido a repararlo.
“Nos toca tomar agua de pozo. A veces turbia, a veces con mal sabor. ¿Quién garantiza que eso no nos enferme?”, dice Juana María, madre de tres niños pequeños que caminan varios kilómetros para llenar sus botellas.
La protesta es un grito desesperado. No buscan enfrentarse a nadie, pero tampoco quieren seguir en el olvido. Lo único que exigen es agua limpia y constante, como lo establece la ley y lo reclama la dignidad.
Mientras tanto, las filas de vehículos crecen a ambos lados del bloqueo. Algunos conductores tocan el claxon con frustración; otros bajan la ventana, preguntan y, al entender la causa, solo responden con un gesto de apoyo.
La comunidad exige una respuesta inmediata de las autoridades locales, del Invías y del Gobierno nacional. Dicen que no levantarán el bloqueo hasta tener un compromiso serio y verificable.
“Nos cansamos de ser invisibles. Agua es vida. Y aquí nos la están negando”, sentenció uno de los líderes de la protesta.