Una fuerte polémica se ha desatado en el municipio de Codazzi, Cesar, tras el sacrificio de varias reses ocurrido el pasado 1 de junio en la vereda El Once. Según versiones iniciales, se habría tratado de un acto violento relacionado con disputas territoriales, pero la comunidad indígena yukpa aclaró que la decisión fue colectiva y motivada por la grave crisis alimentaria que enfrentan.
Los líderes de los resguardos yukpa de la Serranía del Perijá, en jurisdicción de Codazzi y Becerril, admitieron la matanza de 11 animales —no más de 50 como se dijo inicialmente— y explicaron que fue una medida desesperada ante la inseguridad alimentaria, la desatención estatal y la presencia masiva de ganado en sus territorios, lo que ha generado daños ambientales, destrucción de cultivos y contaminación de fuentes hídricas como el río Casacará.
“El sacrificio fue una decisión comunitaria ante el hambre, no un acto de violencia. Nuestros derechos han sido vulnerados de forma constante, y la presencia ganadera en territorios no aptos para ese tipo de actividad está generando un daño ambiental irreversible”, expresó una vocera yukpa.
La comunidad también recordó tragedias recientes: envenenamientos que han cobrado la vida de siete niños yukpa entre 2018 y 2024, uno de ellos con un plaguicida prohibido por la Corte Constitucional desde 2022.
A través de un comunicado, la comunidad indígena exigió respeto por sus territorios y por su forma de vida, al tiempo que reiteraron su disposición al diálogo y la convivencia pacífica, siempre que se respeten sus derechos y el medio ambiente.