Cerca de 100 familias en la zona rural de Buenaventura han tenido que abandonar sus hogares debido a los combates entre grupos armados ilegales, incluyendo disidencias de las FARC, ELN y Clan del Golfo, en lo que va del año 2024. Las personas se enfrentan a desplazamientos internos, confinamientos por minas antipersona y amenazas, mientras que la violencia de las bandas Shotas y Espartanos también ha generado desplazamientos urbanos.
La Personería y la Defensoría del Pueblo han registrado testimonios de más de 2,700 familias desplazadas de la zona rural en el 2023 y más de 34 desplazamientos masivos. A pesar de la voluntad de regresar a sus hogares, la falta de garantías de seguridad impide el retorno de los desplazados.
La situación ha llevado al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a expresar su apoyo a los diálogos de paz en Buenaventura, buscando evitar más afectaciones a la población. El CICR destaca que alrededor de la ciudad hay conflictos armados que vulneran el Derecho Internacional Humanitario, y cientos de personas se desplazan buscando refugio.
A pesar de los desafíos, la comunidad indígena Wounaan Nonam del resguardo de Santa Rosa de Guayacán ha logrado regresar a su territorio después de más de dos años de desplazamiento forzado. Sin embargo, su líder advierte que la seguridad aún no es plena y solicita respeto por su cultura y vida.
Buenaventura ha sido declarado el primer territorio de paz del país, pero los desafíos persisten en medio de la violencia y los conflictos armados en la región.