La pobreza monetaria continúa siendo uno de los mayores retos en Colombia y particularmente en la región Caribe, donde en 2024 alrededor de 1,8 millones de personas vivían bajo esta condición. Aunque el país ha registrado avances en la reducción de la pobreza, las brechas persisten y se profundizan en ciertos territorios.
En Barranquilla y su área metropolitana se registró la tasa de pobreza más baja del Caribe, cercana al 30 %, mientras que en Riohacha la cifra alcanzó el 50 %, lo que refleja una fuerte disparidad dentro de la región.
El fenómeno tiene un rostro mayoritariamente femenino: el 53 % de las personas pobres en el Caribe son mujeres, en su mayoría jóvenes, lo que aumenta el riesgo de perpetuar ciclos de exclusión. A ello se suma que más del 60 % de la población se encuentra en condición de vulnerabilidad, es decir, con alto riesgo de caer en pobreza ante eventuales choques económicos.
De acuerdo con Fundesarrollo, superar estas brechas requiere acciones decididas y focalizadas. Entre las propuestas se incluyen fortalecer la articulación entre gobiernos y actores locales, diseñar programas de empleabilidad inclusiva para mujeres, invertir en infancia y juventud, y avanzar en políticas que preparen a la región frente al envejecimiento poblacional.
La entidad enfatizó que atender simultáneamente los retos de las nuevas generaciones y de los adultos mayores es clave para transformar la estructura social del Caribe y encaminarla hacia un desarrollo sostenible.