La madrugada de este viernes, la tranquilidad aparente que se vivía en el peaje Alto Pino, ubicado entre Riohacha y Maicao, fue interrumpida por una fuerte explosión. Un carro bomba fue detonado frente a la caseta de recaudo, dejando tras de sí dos víctimas fatales, destrucción y miedo entre las comunidades vecinas.
Las víctimas fueron identificadas como Kerry Mercado Araujo, vigilante, y Liceth Orozco, cajera. Ambos trabajadores civiles, ajenos a cualquier conflicto, que cumplían su turno en medio de la noche sin imaginar que serían alcanzados por la violencia.
El alcalde de Maicao, Miguel Aragón, confirmó los hechos y explicó que hacia la medianoche, un vehículo fue dejado cerca a la estructura del peaje. Minutos después, fue activada la carga explosiva. La onda expansiva no solo destruyó parte de la infraestructura, sino que estremeció a los habitantes de caseríos cercanos, quienes despertaron entre estruendos y vidrios rotos.
“Este ha sido un hecho cobarde y doloroso. Dos vidas inocentes se pierden sin justificación alguna”, señaló el mandatario.
El lugar, ahora convertido en escena de dolor, muestra el rastro de la violencia: láminas de zinc retorcidas, ladrillos desprendidos, cabinas derrumbadas y cristales rotos. En cada rincón se respira angustia, y en el aire aún flotan el olor a pólvora y las preguntas sin respuestas.
El atentado ocurre justo 24 horas después del asesinato de dos policías en un hostigamiento en Río de Oro, Cesar, también atribuido al ELN, lo que ha encendido las alertas de seguridad en la región. Aunque el grupo guerrillero no ha reivindicado formalmente el ataque en La Guajira, las autoridades no descartan su participación.
La vía principal entre Riohacha y Maicao fue cerrada temporalmente, y el tráfico vehicular está siendo desviado por las rutas alternas de Albania y Cuestecitas, con el fin de garantizar la movilidad sin exponer a más ciudadanos al peligro.
A las 8:00 de la mañana de este viernes, se convocó a un Consejo de Seguridad Extraordinario en Maicao, donde la Policía, el Ejército y las autoridades civiles evaluarán el impacto de este acto terrorista y diseñarán nuevas estrategias para evitar que hechos similares se repitan.
“Hasta ahora, la zona había sido afectada por bandas de delincuencia común dedicadas al hurto, pero no había registro reciente de acciones del ELN en este corredor vial”, indicó el alcalde Aragón, visiblemente consternado.
Mientras las autoridades investigan y prometen refuerzos, las familias de Kerry y Liceth enfrentan un duelo inmerecido, en un país donde muchas veces ser civil, trabajar de noche y estar en el lugar equivocado, puede costar la vida.