La cumbre extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), convocada a petición del presidente Gustavo Petro para fijar una postura conjunta frente a Estados Unidos, fue cancelada por falta de apoyo. La iniciativa surgió tras el reclamo de Petro sobre el trato que reciben los colombianos deportados desde territorio estadounidense, pero su llamado no encontró eco entre los líderes de la región.
Ni siquiera los gobiernos alineados ideológicamente con Petro respaldaron la reunión, evitando así un posible enfrentamiento con Washington y las eventuales represalias económicas o diplomáticas. La cancelación de la cumbre deja en evidencia el creciente aislamiento internacional del mandatario colombiano, quien no solo sufrió una derrota política ante el expresidente Donald Trump, sino que también perdió respaldo dentro de la CELAC.
Esta nueva crisis en la política exterior de Colombia podría agravar las dificultades que enfrentan los ciudadanos colombianos en temas migratorios, incluyendo la renovación de visas y los estrictos controles al ingresar a Estados Unidos.