La tensión entre la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, y el presidente Gustavo Petro escaló este fin de semana, luego de que el mandatario insinuara que la jefa regional podría salir del cargo, responsabilizándola de la derrota de la consulta popular en el Senado.
“¿Qué quiere decir usted cuando afirma que el Valle del Cauca se va a quedar sin gobernadora?”, fue la pregunta directa que lanzó Toro en su respuesta pública.
El detonante fue un trino de Petro en el que señaló que la “actitud anticonsulta” de la gobernadora incidió en la decisión de los senadores de La U, quienes votaron en contra del mecanismo promovido por el Gobierno. Toro, visiblemente molesta, recordó su trayectoria en defensa de los trabajadores y advirtió que lo que debe avanzar ahora es una reforma laboral que realmente garantice derechos, sin intimidaciones políticas de por medio.
Más allá del cruce de acusaciones, lo que ha generado mayor preocupación son los rumores sobre presiones del Ejecutivo a sus ministros para aislarla políticamente.
Toro aludió directamente a los chats filtrados, en los que supuestamente se ordena “pararle todo a la gobernadora del Valle”, y pidió al presidente aclarar si respalda tales instrucciones.
La mandataria también reclamó que, pese a sus reiteradas gestiones para que se ejecuten obras claves en su departamento, no ha habido respuestas efectivas. “¿Va a frenar el desarrollo del Valle porque me considera su opositora?”, preguntó, dejando claro que no se doblegará ante chantajes disfrazados de retórica ideológica.
El pulso entre Palacio y el Valle apenas comienza. Y si algo ha quedado claro, es que Toro no se quedará callada frente a lo que considera una amenaza directa a su legitimidad democrática.