En un nuevo episodio de tensiones políticas entre Colombia y Venezuela, la Asamblea Nacional de Venezuela declaró al expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez como “enemigo público” del país. La decisión generó una inmediata reacción del exmandatario, quien respondió con un mensaje que reafirma su postura crítica hacia el régimen venezolano.
“Me honra que la tiranía me tenga como su enemigo. Jamás aceptaré ser enemigo del pueblo hermano”, expresó Uribe en sus redes sociales, marcando una clara distinción entre su oposición al gobierno de Nicolás Maduro y su apoyo al pueblo venezolano.
La declaración de la Asamblea Nacional forma parte de un contexto de tensiones históricas entre el régimen chavista y el expresidente Uribe, quien durante su gobierno (2002-2010) mantuvo una relación conflictiva con Hugo Chávez, el entonces presidente de Venezuela. Uribe ha sido un crítico constante de las políticas del chavismo, señalándolas como responsables de la crisis humanitaria y política que atraviesa el vecino país.
Por su parte, el gobierno venezolano ha acusado a Uribe de promover políticas desestabilizadoras y de interferir en los asuntos internos de Venezuela, lo que ha alimentado el distanciamiento entre ambas naciones.
La declaración de la Asamblea Nacional y la respuesta de Uribe son un nuevo capítulo en la compleja relación entre Colombia y Venezuela, marcada por diferencias ideológicas y políticas que siguen siendo motivo de debate en ambos países.