La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila denunció en su cuenta en X que la primera dama, Verónica Alcocer, realizó una sorpresiva visita, miércoles 3 de septiembre, al pabellón ERON (estructura 3) de la cárcel La Picota, en Bogotá. Según Dávila, el ingreso fue acompañado por una estricta orden del INPEC en la que se prohibió la entrada y salida del penal entre las 9:00 a.m. y 1:30 p.m., mientras se realizaba la visita.
Un documento administrativo del INPEC confirmó la medida: se impidió el acceso de personas externas y vehículos de servicio al penal durante la mañana, y se advirtió que cualquier incumplimiento acarrearía responsabilidades penales o disciplinarias para los funcionarios involucrados.
Confirmado. Verónica Alcocer tiene programado ir hoy a La Picota. La visita empieza a 9 am hasta la 1:30 pm. En esas 4 horas y media nadie puede entrar ni salir de la cárcel.
Estará en la estructura 3, ERON, tengo la lista de 58 reclusos que estarán con ella. Hay detenidos de… https://t.co/Q2ABwtG3mj
— Vicky Dávila (@VickyDavilaH) September 4, 2025
La denuncia, respaldada por imágenes difundidas por Semana, mostró una caravana oficial ingresando al recinto, lo que generó suspicacias por tratarse de una visita a más de 58 reclusos, entre ellos personas condenadas por delitos graves como feminicidio, secuestro, narcotráfico, homicidio, violación y vínculos con bandas armadas. Dávila cuestionó:
“¿Estamos frente al pacto de La Picota 2.0?”, en referencia al controvertido episodio que marcó la campaña presidencial de 2022.
¿Por qué preocupa esta visita?
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Contexto electoral sensible: Se produce a apenas ocho meses de las elecciones presidenciales, lo que aumenta la letra política detrás del encuentro.
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Opacidad institucional: No hay claridad oficial sobre los motivos, los funcionarios presentes o si hubo encuentros privados con alguns internos.
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Ausencia de autoridades: La falta de presencia del director del penal y otros funcionarios clave en este evento aumenta el hermetismo sobre la agenda.
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Recurrencia con precedentes: Dávila remite al denominado “pacto de La Picota” —una polémica reunión política en la misma cárcel durante la campaña pasada—, elevando el debate sobre su posible intención electoral.
¿Qué se espera ahora?
Vicky Dávila ha exigido respuestas claras del Gobierno: ¿qué se discutió? ¿por qué esa discreción? Y, quizás lo más inquietante, ¿qué papel juega la figura de la primera dama en estos encuentros?
La visita ha reavivado un debate sobre la transparencia institucional, el papel político de figuras asociadas al Ejecutivo y los límites éticos de ciertos gestos en contextos electorales.
Una vez más, queda en aire una pregunta: ¿humanitaria o estratégica?