Un total de ocho personas murieron en Nueva Zelanda por por el ciclón Gabrielle, entre ellas una niña de 2 años, que fue arrastrada por las aguas, informaron el viernes las autoridades.
La tormenta se ha desvanecido en el Pacífico Sur pero dejó tras de sí un rastro de destrucción y sufrimiento en la Isla Norte, una de las dos principales islas de Nueva Zelanda.
Cerca de 10.000 personas tuvieron que desplazarse a varias ciudades y pueblos, y continúan sin servicio de electricidad ni agua potable.
Según las administraciones locales, hay decenas o incluso centenares de comunidades con las que todavía no se pudo contactar.
La Policía confirmó el viernes una octava muerte como consecuencia de la tormenta, una persona que se cree murió “tras quedar atrapada en el agua de la inundación”.
En la región de Hawke’s Bay, duramente golpeada, Ella Louise Collins, su marido y sus dos hijos quedaron atrapados en su casa de una sola planta cuando llegaron las aguas.
“El agua estaba a unos 10 centímetros del techo de nuestra casa y subió de forma extremadamente rápida y violenta”, escribió Collins en Facebook el jueves.








