Aunque aplastar una cucaracha parezca una solución rápida y efectiva, expertos en control de plagas advierten que esta práctica puede ser contraproducente. Al hacerlo, existe el riesgo de que se liberen huevecillos que se adhieren a la suela de los zapatos, lo que podría facilitar su traslado al interior del hogar y causar una infestación no deseada.
Los huevos de cucaracha, conocidos como ootecas, son resistentes y pueden sobrevivir al aplastamiento. Si no se toman medidas de limpieza adecuadas después del contacto, pueden eclosionar en ambientes cerrados, multiplicando el problema.
Además de los huevecillos, las cucarachas pueden portar bacterias y patógenos peligrosos para la salud humana, que se dispersan al ser aplastadas.
Ante esta situación, los especialistas recomiendan no pisarlas, y en su lugar, usar métodos más seguros y efectivos como trampas, geles insecticidas o la intervención profesional en casos de infestaciones mayores.
Si llegas a pisar accidentalmente una, limpia cuidadosamente la suela de tus zapatos con agua y desinfectante para evitar transportar huevos o residuos al interior de tu vivienda.