La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó que entre enero y julio de 2025 al menos 1,4 millones de personas en Colombia resultaron afectadas por el conflicto armado y desastres naturales.
En su más reciente Informe de Situación Humanitaria, la entidad precisó que 694.700 personas fueron impactadas por emergencias asociadas a lluvias y desbordamientos de ríos, mientras que 74.400 sufrieron desplazamientos forzados, 113.200 permanecen confinadas y 736.000 registraron restricciones a la movilidad.
Según el documento, las afectaciones por ataques contra la población civil crecieron un 25 % frente al mismo periodo de 2024. En total, se registraron 84.900 víctimas por hostilidades, de las cuales 2.800 correspondieron a acciones armadas, 5.300 al uso de explosivos y 31.500 a ataques contra objetivos ilícitos de guerra.
La OCHA advirtió que estos hechos se relacionan con amenazas, homicidios selectivos y medidas de control social ejercidas por grupos armados ilegales, lo que constituye violaciones a los principios humanitarios de distinción y proporcionalidad.
El panorama más crítico se vivió en el Catatumbo, Norte de Santander, donde enfrentamientos entre el ELN y las disidencias del Frente 33 de las FARC dejaron cerca de 100 muertos, incluidos civiles, y provocaron el desplazamiento de unas 60.000 personas en los primeros meses del año.
Emergencias por lluvias
El informe también destacó que la temporada de lluvias ha agravado la crisis humanitaria en más del 50 % del país. Solo entre marzo y julio, 124.000 personas —en su mayoría indígenas, campesinos, migrantes y refugiados— resultaron afectadas por inundaciones en regiones como la Amazonía y la Orinoquía.
Departamentos como Arauca, Putumayo, Guaviare, Caquetá y Amazonas enfrentan una doble afectación: la violencia armada y los impactos de las emergencias climáticas, lo que aumenta la vulnerabilidad de sus comunidades.