Un trabajador de una tienda del barrio El Santuario de Barranquilla fue sorprendido por el dueño del establecimiento cuando, al parecer, se robaba parte del producido del día.
El colaborador se disponía cerrar el negocio, cuando el dueño decidió revisarlo. Para sorpresa de éste último, el hombre tenía gran parte del dinero de la venta en sus bolsillos.
Acto seguido, el propietario comenzó a reclamarle con insultos y agresiones ante el acto desleal.