La población residente en Colombia sufre por primera vez inseguridad alimentaria aguda, según el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) en colaboración con la FAO y otras agencias de la ONU, que destaca que el porcentaje de población que la afronta en Latinoamérica y el Caribe se redujo durante 2023.
El documento publicado este miércoles, que distingue entre población residente de Colombia y migrantes y refugiados, sostiene que la primera padece “uno de los niveles más altos de pobreza, desigualdad de ingresos e informalidad laboral” de la región, pese a ser “un país de ingresos medios o altos, con una alta capacidad gubernamental para apoyar a su población”.
En total 1,3 millones de personas o el 3 % de la población residente de Colombia se enfrentó a graves niveles de inseguridad alimentaria aguda, sobre todo en las zonas rurales “debido a los bajos ingresos y la alta vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos externos”.
En total, la población latinoamericana y caribeña inmersa en crisis alimentarias se situó en 2023 en el 26,5 %, un porcentaje ligeramente inferior al de 2022, cuando fue del 27,3 %, aunque el número de personas aumentó hasta los 19,7 millones debido a la inclusión en la lista de los residentes en Colombia y los migrantes y refugiados de Perú.
Haití continúa siendo el país más afectado por este fenómeno y el único de la región inmerso en una crisis alimentaria prolongada que en 2023 afectó a 4,9 millones de personas, el 49 % de la población total, y experimentó un aumento de 166.000 personas con respecto a 2022.
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Los países en los que más de un millón de personas sufren una grave crisis alimentaria en la región son Colombia, Guatemala, Haití, Honduras y República Dominicana.
Sin embargo, la situación mejoró en países como Honduras, Guatemala o El Salvador, que experimentaron una “disminución moderada” en el número de personas que se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria, a pesar de las pérdidas localizadas de cultivos.
En 2023, América Latina vivió una crisis migratoria sin precedentes, con cientos de miles de migrantes que en su camino hacia la frontera de Estados Unidos se enfrentan a la extorsión, robos y violaciones, con la incertidumbre de no saber si podrán llegar a su destino, paralizados además por un aumento de las restricciones.