Colombia continúa siendo el país del mundo con más cultivos de coca: seis de cada diez hectáreas cultivadas en todo el planeta se encuentran en territorio nacional.
Según el Informe Mundial sobre Drogas de 2022 de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd), que reportó que si bien el 61% de las hectáreas sembradas son colombianas, hubo una disminución entre este y el año anterior, pasando de tener 245.000 hectáreas en 2020 a 234.000 en 2021.
La Oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional de Control de Drogas hizo públicos los datos sobre las estimaciones de los cultivos de coca y la producción de cocaína en la región andina.
El informe se enfocó en los datos obtenidos desde 2011 hasta 2021, en tres países: Bolivia, Colombia y Perú.
El Gobierno estadounidense menciona primero al territorio colombiano, indicando que se evidenció una disminución en los procesos relacionados a la cocaína pues en 2021 se presentaron 234.000 hectáreas y 972 toneladas métricas, lo cual muestra una reducción del 4.5%
No obstante, en el documento aclararon que las cifras siguen siendo altas por lo que, resaltaron la importancia de, en sus palabras, “implementar la estrategia bilateral holística para ayudar a los colombianos a establecer medios de vida seguros y productivos aumentando la presencia estatal e invirtiendo en seguridad rural, justicia y desarrollo”.
El segundo país que se nombró en el informe fue a Perú, sobre este territorio se dijo que también había tenido una disminución considerable pues se habían recolectado los siguientes datos: 84.400 hectáreas y 785 toneladas métricas.
Por último, se mencionó a Bolivia, asegurando que contrario a los otros dos países, en este no se presentó ningún cambio sino que se mantuvo estable durante el 2021 con 39.700 hectáreas y 317 toneladas métricas, respectivamente.
Después de presentar el análisis realizado a estos países, el gobierno destacó la importancia que tiene el trabajo conjunto en los intentos por combatir los cultivos de coca y la producción de cocaína.
Así lo expresó: “El trabajo de la Administración Biden-Harris con nuestros socios en América del Sur es una prioridad clave de la Estrategia Nacional de Control de Drogas del presidente Biden, que aplica un enfoque integral para vencer la epidemia de sobredosis al concentrar los recursos en abordar tanto la adicción no tratada como el tráfico de drogas”.