El general retirado del Ejército Nacional Paulino Coronado reconoció este miércoles por primera vez ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) su implicación en el asesinato de jóvenes inocentes presentados como guerrilleros muertos en combate, los llamados “falsos positivos”, en una declaración a medias donde echó balones fuera.
“Pasaré a la historia como el primer general condenado por circunstancias que jamás debieron ocurrir”, dijo Coronado durante la audiencia de reconocimiento de cargos que celebró este miércoles por segundo día consecutivo en Ocaña.
Coronado es el cargo militar más alto de los 11 efectivos del Ejército y un civil imputados por la JEP en un auto del pasado 6 de julio donde se les responsabiliza de al menos 120 asesinatos de “falsos positivos”.
Las víctimas eran jóvenes de bajos recursos de la zona o traídos desde Soacha, ciudad aledaña a Bogotá, hasta Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, donde entre 2007 y 2008 militares de tres unidades que operan en la convulsa región del Catatumbo los asesinaron y los presentaron como bajas guerrilleras.
Coronado era brigadier general cuando ocurrieron los hechos y hoy reconoció su papel “como máximo responsable de la Brigada 30” en la audiencia celebrada en Ocaña, que se prolongó por más de 10 horas.
“Así sea por omisión asumo esta responsabilidad”, aseguró durante más de 20 minutos de declaración en la que incidió en lo de “omisión” y aseguró que solo conoció los crímenes cuando fueron revelados por el entonces ministro de Defensa, el hoy expresidente Juan Manuel Santos.