El próximo 21 de abril la CIJ de La Haya nos dará a conocer su decisión en relación a la demanda que Nicaragua presentó contra Colombia por el desacato de nuestro país al fallo de 2012 que nos quitó 75000 kilómetros cuadrados de mar para dárselas a ese país.
Nicaragua demandó a Colombia alejando que el desacato constituye una violación de nuestro país de sus derechos soberanos sobre esas aguas que Colombia no le ha querido reconocer.
Recordemos que Colombia alegó que no puede acatar dicho fallo porque, entre otras cosas, viola derechos históricos étnicos de la comunidad raizal de las islas. Para presentar ese argumento, Colombia permitió al raizal y ex embajador en Jamaica, Dr Kent Francis James, presentar unos argumentos en las audiencias orales pasadas, enfatizando la importancia de nuestros derechos étnicos y la cercanía étnica con Nicaragua en el contexto de la disputa territorial con dicho país.
La presentación fue un hecho histórico que fue muy bien aceptada en las islas y esperamos que haya tenido un efecto y finalmente la Corte acepte la cuestión étnica y los derechos étnicos en el contexto del diferendo y la delimitación marítima, algo que claramente ya por fin reconoció nuestro país.
El fallo nos dirá si Colombia tuvo razón y si la participación étnica valió la pena. Pero la decisión de la Corte que se espera el 21 de abril no echará para atrás el fallo de 2012, aunque podría matizarlo y así preparar el camino para una posible negociación con Nicaragua, que se ha explorado en el pasado durante un acercamiento entre los dos países. De hecho, el espacio en el tiempo generado por el desacato ha permitido mirar con más cabeza frio el contexto de la disputa y podría suavizar el camino para una negociación con los dos países compartiendo y manejando de manera conjunto zonas comunes de pesca y de protección ambiental, como lo ha señalado el Dr Francis James. Aunque las relaciones con Nicaragua no pasa por su mejor momento.