El expresidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, expuso lo puntos que considera puedan dificultar los diálogos de paz que adelanta el Gobierno Nacional con varios actores del conflicto armado en el país.
Según lo explicó, “puede haber dos problemas con el nuevo intento de paz con el ELN: la destrucción que quieran hacer al modelo democrático y el espejo de impunidad absoluta otorgada a la Farc”, explicó.
En cuanto a las disidencias Farc, indicó que al proceso se oponen el “pésimo precedente de renegociar con quienes desertaron del beneficio de la impunidad absoluta. Además y más grave, el poder opresor que ejercen en regiones, como también sucede con el ELN”.
Así mismo, detalló que los beneficiarios del indulto innominado o disimulado, “ya quieren acabar con la JEP que impusieron. Para sus delitos atroces no les sirve la sanción ilegal e irrisoria de restricción temporal de movilidad y de residencia, que, si el proceso fuera serio, se debió imponer antes de llegar al Congreso”, anotó.
En ese sentido, explicó que la cárcel puede que no resocialice, pero la falta mínima de cárcel da mal ejemplo y estimula a delinquir. “El narcotráfico: en 2013 estaba cerca de acabarse. Aceptadas las exigencias de Farc creció exponencialmente. Por su causa los procesos de paz se convierten en indultos a criminales mayores en edad, que son remplazados por otros o nuevos delincuentes”, puso de presente.
Finalmente, aseguró que en varias regiones el Estado de Derecho está remplazado por poderes narco terroristas. “El narcotráfico criollo se puede acabar por la competencia de drogas sintéticas o porque se elija a un Gobierno que restablezca la autoridad, elimine las republiquetas del crimen y reunifique la nación. El mayor problema, que crecerá mientras más se demoren las soluciones, será la falta de alternativa económica a cientos de miles de personas que queden en hambruna por la exterminación del flagelo”, puntualizó.