Por: Yasher Bolívar Pérez
El levantamiento de pesas cerró su participación en los Juegos Bolivarianos con una imagen contundente: la del colombiano Rafael Cerro alzando 227 kilogramos en envión, imponiendo un nuevo récord panamericano y sellando el título para el país en esta disciplina. Con 29 medallas —17 oros, 10 platas y dos bronces—, la delegación nacional dejó claro que la combinación de experiencia, renovación y rigor competitivo sostiene el liderazgo que Colombia mantiene en estas justas. Cerro, protagonista de una actuación impecable, se impuso tanto en arranque como en envión y encabezó una lista de pesistas que llevaron la bandera al punto más alto del podio.
A su lado, figuras como Jeison López, Marcos Bonilla, Yenny Sinisterra, Mari Leivis Sánchez y Alejandra Rodríguez confirmaron la amplitud del talento colombiano al dominar sus respectivas categorías en ambas modalidades. Otros atletas —entre ellos Yairan Tysforod, Rohelys Galvis, Héctor Viveros, Héctor García y Yeinny Geles— ampliaron el medallero con oros adicionales, consolidando un cierre de jornada en el que Colombia se quedó con seis de los ocho primeros lugares en disputa. Este desempeño, que se complementa con las ocho medallas obtenidas por la lucha colombiana y las nueve alcanzadas por la natación, configuró un panorama competitivo donde la delegación tricolor mostró consistencia y profundidad en múltiples frentes.
La jornada terminó por ratificar lo que el acumulado ya insinuaba: con 88 medallas —37 de oro, 34 de plata y 17 de bronce—, Colombia lidera con holgura la tabla general, superando a Venezuela y reforzando su papel como potencia regional en el ciclo deportivo. Más allá de las cifras, lo que emerge es un proyecto deportivo sostenido, en el que la disciplina, la estrategia y el compromiso de los atletas se funden para producir resultados que trascienden lo inmediato y proyectan un horizonte de competitividad constante para el país.









