Estilo crónica emocional/deportiva:
Por poco se iba en silencio… pero terminó rugiendo como campeón. Hugo Rodallega, a punto de cumplir 40 años, se negó a retirarse antes de tiempo y escribió una de las páginas más emotivas del fútbol colombiano: fue el héroe del título cardenal, el goleador del torneo y el símbolo de una generación que no se rinde.
“Mucha gente decía que yo ya era un retirado”, soltó entre lágrimas y sonrisas tras anotar el gol que le dio la décima estrella a Santa Fe en el Atanasio Girardot. Y con razón: lesionado, fracturado del tabique desde el clásico contra Millonarios, aguantando un aductor adolorido… y aún así, marcó el tanto de la victoria en la final contra Medellín, segundos antes de ser sustituido.
Hugol, como lo conocen desde sus inicios, no solo levantó el trofeo. También se colgó el Botín de Oro al máximo artillero del campeonato, con 16 tantos, repitiendo la hazaña que logró hace 20 años con Deportivo Cali. La historia lo pone al lado de otros ilustres que volvieron de Europa para ser campeones: Carlos Bacca, Adrián Ramos, David Ospina… pero el suyo tiene un sabor de batalla ganada contra el tiempo.
“Este era el partido de nuestras vidas. Me dolía, pero no me iba a salir. Estas son heridas de guerra”, dijo con el rostro aún mojado de emoción y esfuerzo.
¿Y el retiro? Por ahora, queda en pausa. Rodallega confiesa que su familia —especialmente su hijo— le insiste en seguir. Y con la Copa Libertadores a la vuelta de la esquina, el adiós podría postergarse un poco más.
“Este fue el mejor cumpleaños adelantado que he tenido en mi vida. Y a los jóvenes les digo: no se conformen, no se rindan, trabajen todos los días… porque así, incluso cuando todos te crean acabado, puedes volver y ser campeón”.