La lucha es hasta el final. Ya se sabe: a Junior tienes que matarlo. Si lo dejan respirando, resucita y puede levantar el título.
El cuadro tiburón superó 1-0 a un duro Bucaramanga, en la noche de este sábado en el estadio Metropolitano, y quedó dependiendo de sí mismo para ganarse un cupo en la final de la Liga.
El equipo de Arturo Reyes comenzó animado, y buscaba brioso el arco de Bucaramanga hasta que un grupo de vándalos con la camiseta rojiblanca se le dio por enfrentarse en la tribuna sur del estadio, provocando estampidas, e invasión del terreno de juego de muchos fanáticos que nada tenían que ver con el conflicto.
Cuando el cronómetro apenas marcaba 10 minutos de partido, el árbitro Andrés Rojas se vio obligado a detener el juego mientras se controlaba el caos que armaron los revoltosos en medio de una lucha de poderes de la barra Frente Rojiblanco Sur, que está dividida en diferentes facciones desde hace tiempo.
Ya en el segundo tiempo, el compromiso permanecía cerrado. Bucaramanga demostraba por qué es el equipo con menor número de goles a favor y taponaba los caminos de Junior, pero un magistral cambio de frente de Víctor Cantillo resultó el abrelatas. Gabriel Fuentes, apareció veloz y sorpresivo por la izquierda para capturar el envío. El lateral superó en potencia a Santiago Jiménez, quien había estado correcto en su trabajo de contención, y de primera, con mucha calidad, cedió para Bacca en el segundo palo. El artillero porteño, que tiene pacto eterno con el gol, entró, puso su pie derecho y definió con exactitud.
Carlos Bacca, al minuto 49, anotó el único tanto del valioso triunfo, que sirvió para emparejar en puntos al Deportivo Pereira, que empató en casa 2-2 ante Millonarios, el único eliminado del cuadrangular semifinal A de cara a la última fecha.
‘Tiburones’ y ‘Matecañas’ están empatados en puntos (8) y en diferencia de gol, pero los dirigidos por Leonel Álvarez son primeros por una anotación a favor (segundo ítem de desempate).