Por: Yasher Bolívar Pérez
Las calles de Los Ángeles se convirtieron en un mar de alegría, banderas y camisetas azules. Miles de fanáticos salieron a celebrar el bicampeonato de los Dodgers en la Serie Mundial, un logro que desató la euforia colectiva y unió a toda la ciudad en un mismo grito de orgullo. Desde temprano, el metro y las avenidas se llenaron de seguidores que querían acompañar a su equipo en la caravana del triunfo, demostrando que el béisbol sigue siendo el corazón de Los Ángeles.
Entre risas, cánticos y cerveza, los aficionados siguieron el desfile de autobuses que transportaban a las grandes estrellas del equipo. El momento más esperado llegó con la aparición de Shohei Ohtani, quien saludó con los brazos abiertos a la multitud, mientras una ola de emoción recorría las calles. También hubo ovaciones para Yoshinobu Yamamoto, vitoreado como “MVP” por los fanáticos, que no ocultaron su devoción por los héroes del bicampeonato.
Aunque el desfile terminó, la fiesta siguió viva. Muchos se quedaron para seguir cantando, tomar fotos y prometer volver el próximo año, soñando con un histórico tricampeonato. Para los angelinos, este triunfo no solo representa una victoria deportiva, sino un símbolo de comunidad, de historia compartida y de amor inquebrantable por los Dodgers, el equipo que volvió a hacer latir más fuerte el corazón de su ciudad.




