El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que “nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas” debido al cierre de colegios en el mundo a causa de la pandemia.
Guterres recordó que el cierre de escuelas debido a la pandemia ha afectado a cerca de 1.600 millones de estudiantes de todas las edades y en todos los países, con repercusiones inmediatas y de largo plazo en ámbitos como la nutrición y el matrimonio infantil, así como la igualdad de género.
“Las decisiones que los Gobiernos y los asociados tomen ahora tendrán un efecto duradero en cientos de millones de jóvenes, así como en las perspectivas de desarrollo de los países durante decenios”, aseguró.
Las proyecciones indican que casi 24 millones de estudiantes desde primaria hasta universidad podrían abandonar las clases a causa del impacto económico de la crisis sanitaria. El documento de políticas exhorta a evitar que la crisis de aprendizaje que ya existía se convierta en una calamidad irreparable.
Ante esa situación, la ONU recomendó tres cosas puntuales en materia de educación:
– Primero, que en cuanto los gobiernos hayan controlado la transmisión local se centren en reabrir las escuelas de manera segura, consultando y tomando en cuenta a todos los actores implicados, incluidos los padres de familia y los trabajadores del sector de la salud.
– Segundo, que se dé prioridad a la educación en las decisiones presupuestales.
– Tercero, que las iniciativas de educación lleguen a quienes corren mayor riesgo de quedarse atrás, como las personas en situaciones de emergencia o crisis, los grupos minoritarios, los desplazados y las personas con discapacidades.