Tras su inclusión en la Lista Clinton, creada para aislar financieramente a narcos y terroristas, Armando Benedetti escribió el 24 de octubre que “nunca he entrado a la casa de un solo narcotraficante”. La paradoja es que una mansión de cerca de 4.000 millones de pesos, que según varias fuentes el ministro tomó en arriendo hace casi dos meses, haya sido hasta 2011 de Alex Saab, acusado de blanquear capitales de la exportación de cocaína para el régimen del dictador venezolano Nicolás Maduro. (ver acá)

La mansión de la que hablo no es aquella junto a la playa que Benedetti y su mujer compraron con la plata que les prestó el mega-contratista Euclides Torres, el mismo que financió el mitin de campaña de la P gigante en 2022. Esta otra casa, que tiene cuatro habitaciones, sala-comedor, estudio, varios baños y piscina, se alza sobre la calle No me olvides, en uno de los sitios más apetecidos de Lagos de Caujaral, un condominio de viviendas de familias adineradas de Barranquilla, cuyos precios van desde los 2.500 a los 15.000 millones de pesos.

Si bien Alex Saab dejó de ser el dueño de la casa hace mucho, la coincidencia no deja de ser sorprendente, por decir lo menos. Además, es clave no olvidar que Benedetti fue embajador de Colombia ante el Gobierno de Venezuela en 2023. Pero hay otro aspecto de suma importancia: no está claro cómo es posible que Benedetti sea el nuevo arrendatario de un bien que en sana lógica no puede pagar. Según los entendidos, el arriendo mensual de una mansión en Caujaral, como aquella de la que estamos hablando, difícilmente puede estar por debajo de los 25 millones de pesos.

En su declaración de patrimonio de febrero de 2025, Benedetti dijo tener solo 13 millones en su cuenta y deudas por 923 millones. Su señora supuestamente sólo tuvo ingresos de 300.000 pesos en 2024. Y recordemos que en 2021 Benedetti le dijo a la Corte Suprema de Justicia estar quebrado, y que le seguía debiendo 3.600 millones a Euclides Torres. En 2025, su salario como ministro debe rondar los 30 millones. Así, el patrimonio e ingresos de los Benedetti, no parecen soportar el nivel de gasto necesario para pagar el arriendo de su nueva casa.

Según varias fuentes, el arrendatario de la casa antes de Benedetti era Ricardo Leyva, reconocido y polémico organizador de conciertos –siempre metido en líos de todo tipo. Leyva le habría cedido el contrato de arriendo a Benedetti. Las fuentes también me informaron que el negocio se concretó hace cerca de dos meses. Otras fuentes confirmaron que Benedetti ya ocupa la casa y que la está remodelando.

Contacté a Ricardo Leyva, quien me dio explicaciones contradictorias, pero que ayudan a completar la historia. Primero me dijo que no tenía nada que ver con esa propiedad, pero después aceptó que él había tenido la casa como arrendatario y que se la cedió a Benedetti, sin decir cuándo ni en qué condiciones. También aseguró que esa propiedad era de Colpatria (hoy en día Scotiabank) y reconoció que en algún momento tuvo un arriendo, pero agregó que hace muchos años había cedido la opción de compra.

Al decir esto, Leyva reconoció implícitamente que hubiese podido comprarla bajo los términos del contrato con el banco. Le pregunté si al ceder el “arriendo” había recibido un pago de Benedetti por los aportes hechos por él hasta la fecha, los cuales debían ser elevados porque Leyva ocupó la casa por lo menos desde 2021, como se puede verificar en un documento judicial de la Sala Tercera Civil – Familia del Tribunal Superior de Barranquilla, pero se negó a responder.

También le pregunté a cuánto ascendía el canon de arriendo, pero respondió que era información personal. Consulté a Scotiabank-Colpatria sobre el asunto, pero respondieron que: “Scotiabank no hará comentarios sobre este asunto”.

Con base en lo dicho por Leyva, el contrato con Colpatria parece corresponder a un leasing habitacional, figura mediante la cual el banco conserva la propiedad mientras el arrendatario paga cuotas mensuales y adquiere el derecho de comprar el activo. Según el portal web de Colpatria: “El leasing habitacional también se cancela (sic) una cuota inicial que es del 20 por ciento del valor comercial del bien. Aquí la propiedad legal del inmueble la tiene el banco hasta que el cliente ejerza la opción de compra”.

Esto explica por qué ni Leyva ni Benedetti aparecen en el Certificado de Tradición y Libertad, tal como se puede ver en el certificado correspondiente al número de matrícula 040-381718, al tiempo que se puede verificar en el documento que Saab fue dueño de la casa hasta 2011, cuando se la entregó a Colpatria como resultado de un acuerdo de dación en pago por 2.000 millones de pesos, equivalentes a 3.800 millones de pesos de 2025.

La inclusión de Benedetti en la Lista Clinton obliga a cualquier banco, incluyendo a Scotiabank-Colpatria, a revisar de inmediato cualquier vínculo con él para evitar sanciones. Lo procedente sería terminar con el ministro el contrato de arriendo y expulsarlo de la mansión sin demoras.

Por la misma razón, el Ministerio del Interior tendrá que pagarle al ministro Benedetti el salario en bolsas, porque a estas alturas todos los bancos le deben haber cerrado las cuentas. El cerco se cierra.

P.S.: Le escribí al ministro Benedetti preguntándole por la mansión del cambio, pero no recibí respuesta.