Lejos de los anuncios oficiales que aseguran una baja en la criminalidad, el departamento del Atlántico vivió un mes de mayo marcado por el incremento de muertes violentas. De acuerdo con un análisis independiente del experto en temas de seguridad, Arturo García y del Sistema Civil de Alertas Tempranas (SCAT), fueron 71 los homicidios registrados en todo el departamento, siete más que en el mismo mes de 2024.
El informe, construido con base en reportes judiciales, medios de comunicación y redes ciudadanas, evidencia una preocupante tendencia: la violencia criminal no da tregua, especialmente en el Área Metropolitana de Barranquilla, donde se concentró la mayoría de los casos.
Radiografía del crimen en mayo de 2025:
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Barranquilla: 36 homicidios
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Soledad: 17 homicidios
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Malambo: 7 homicidios
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Puerto Colombia: 4 homicidios
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Otros municipios: 7 homicidios (Juan de Acosta, Usiacurí, Baranoa, Sabanalarga, Manatí y Ponedera)
En total, el área metropolitana reportó 64 muertes violentas, y los municipios fuera de ella sumaron otras 7.
Sicariato y extorsión al alza
De los 71 asesinatos, 43 fueron perpetrados bajo la modalidad de sicariato, dejando además 30 personas heridas, muchas de ellas víctimas colaterales. El informe también advierte un recrudecimiento de las extorsiones en zonas como Soledad y Malambo, donde varios comerciantes han sido blanco de ataques por negarse a pagar “vacunas”.
En Barranquilla, los asesinatos se distribuyeron así:
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Localidad Metropolitana: 14 casos
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Suroccidente: 9 casos
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Suroriente: 8 casos
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Riomar: 3 casos
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Norte-Centro Histórico: 2 casos
El informe incluye también cinco asesinatos de mujeres y dos casos en los que presuntos delincuentes murieron durante intentos de hurto.
Cifras acumuladas en 2025: ya van 372 homicidios en Atlántico
En lo que va del año, el departamento ha registrado 372 muertes violentas, de las cuales 203 ocurrieron en Barranquilla. Estas cifras preocupan a la ciudadanía, sobre todo cuando se contrastan con los discursos de las autoridades que hablan de una supuesta reducción del delito.
Incluso el propio Ministro del Interior, en una rueda de prensa reciente, desmintió las cifras locales que hablaban de disminución del homicidio, lo que ha provocado desconfianza en la ciudadanía y un llamado a mayor transparencia.
¿Realidad o percepción?
Desde sectores sociales y académicos se cuestiona la narrativa de seguridad impulsada por algunos entes oficiales. “La ciudadanía no percibe mejora, y las cifras lo confirman”, sostiene el SCAT. “La verdad no puede esconderse con titulares optimistas. La violencia sigue golpeando con fuerza”.
Llamado urgente
El SCAT concluye con un llamado a las autoridades locales y nacionales: se necesitan respuestas reales, estrategias efectivas y un trabajo articulado entre la comunidad y las instituciones para detener la espiral de violencia.
“La defensa de la vida debe ser prioridad. Las cifras no mienten. Estamos a tiempo de actuar”, recalca el informe.