“Si no me pagas, le cuento a mi esposo y te mata.” Con esa frase, una relación secreta terminó en un caso judicial que hoy estremece a Santander.
Lo que comenzó como un encuentro íntimo entre dos adultos terminó convirtiéndose en una pesadilla marcada por el miedo, la culpa y una amenaza de muerte. En Sabana de Torres, Santander, una mujer fue capturada en flagrancia mientras recibía parte del dinero que le exigía a su examante para no revelar su pasado en común.
La historia es casi de novela, pero con un final muy real: bajo la advertencia de contarle todo a su esposo —quien, según ella, reaccionaría violentamente—, la mujer exigía a su examante un millón de pesos a cambio de su silencio. La extorsión tomó forma con mensajes intimidantes y una presión emocional cada vez más fuerte.
La víctima, acorralada, entregó primero 400 mil pesos. Pero el temor creció tanto como las exigencias, y finalmente decidió acudir a las autoridades.
Fue entonces cuando el Gaula de la Policía de Santander, en conjunto con el Gaula Militar de la V Brigada, activó un operativo especial. El plan dio resultado: capturaron a la mujer justo cuando recibía otros 600 mil pesos, completando así el pago exigido bajo amenazas.
“El procedimiento se efectuó en el marco de un plan anti-extorsión, justo cuando la capturada recibía una suma de dinero producto de amenazas dirigidas a un ciudadano”, explicó el teniente coronel Raúl Pérez Aramendiz, subcomandante (e) del Departamento de Policía de Santander.
Durante la operación, también se incautó un teléfono celular desde el cual se enviaban los mensajes intimidatorios. Ese aparato, ahora bajo análisis de la Fiscalía, será una pieza clave para fortalecer el caso en los estrados judiciales.
La mujer fue puesta a disposición de las autoridades competentes y, en las próximas horas, un juez de control de garantías definirá su situación jurídica.
El caso ha generado atención no solo por el delito, sino por el trasfondo emocional y la forma en que una relación personal se convirtió en una herramienta de manipulación.
El oficial del Gaula hizo un llamado a la comunidad: “No importa si la amenaza proviene de un desconocido o de alguien cercano. La denuncia es el primer paso para cortar el camino a los delincuentes”.
Porque, al final, ni el miedo ni el pasado justifican el crimen.