La inclemencia de las lluvias continúa golpeando con gran fuerza al departamento del Atlántico, luego del aguacero que se extendió por más de cuatro horas, que dejó bajo el agua a los barrios Rebolo, La Luz, La Chinita, Villanueva, Don Bosco Etapa I y el corregimiento Juan Mina, entre otros, en Barranquilla.
El temido arroyo Hospital volvió a desbordarse en medio del agua que cayó en el departamento, lo que llevó a activar planes de emergencia para atender a las familias afectadas.
Saray Barrios, líder comunitaria en el barrio Rebolo, precisó que aunque hicieron lo humanamente posible para salvar sus pertenencias, la presión del agua fue inminente para llevarlos a perder casi todos sus enseres.
“Nosotros corrimos a salvar lo poquito que nos queda porque, cada que llueve, es mucho peor que la vez a anterior. La presión generaba que el agua saliera por las rejillas, los desagües, los inodoros, lo que imposibilitaba que pudiéramos salvar algunas cosas”, dijo.
El tradicional Rincón Latino, escenario político de Bernardo ‘El Cura’ Hoyos, también fue el escenario de graves inundaciones, situación que obligó a que el ex alcalde de Barranquilla —con el agua hasta la cintura— enviara un fuerte mensaje al alcalde Jaime Pumarejo por las obras de canalización de los arroyos.
“¿Qué está haciendo, alcalde? ¿Dónde están los millones invertidos? ¡Por Dios! En vez de estar pensando en la Fórmula 1 , piensen en la gente pobre”, alegó Cura mientras se encontraba realizando un video mostrando la situación que se registró en el lugar.
Por otro lado, el desbordamiento de las aguas en el Caño de La Ahuyama también golpeó con gran ímpetu a decenas de comerciantes en el Mercado de Granos de Barranquillita, a quienes les tocó cerrar sus negocios —antes de lo previsto— por las aguas estancadas.
Las autoridades establecerán, este viernes, la cuantía de damnificados en Barranquilla y el Atlántico para iniciar la entrega de ayudas humanitarias y material de reparación de las viviendas, con atención a los damnificados por la lluvia.
Las lluvias también se convirtieron en escenarios de fuertes enfrentamientos entre pandillas, quienes a “piedras, palos y machetes” protagonizaron batallas campales en múltiples sectores.