La Organización de las Naciones Unidas expone preocupantes cifras de feminicidios en el primer semestre del año, instando a acciones preventivas y de concientización.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha encendido las alarmas al revelar que, según datos de la Fiscalía General de la Nación, más de 300 mujeres han sido asesinadas en Colombia en el primer semestre del año 2023 debido a la violencia de género. A pesar de los esfuerzos del Estado por implementar estrategias preventivas, las cifras siguen en aumento, evidenciando la persistencia de este grave problema social.
Estas estadísticas inquietantes reflejan una realidad global, donde, durante el 2021, más de 45,000 mujeres y niñas fueron asesinadas en todo el mundo por sus parejas u otros familiares. En América y el Caribe, el 70% de las mujeres ha experimentado algún tipo de violencia de género.
La violencia contra las mujeres es una violación generalizada de los Derechos Humanos, afectando aproximadamente a una de cada tres mujeres en todo el mundo. Ante este panorama, la ONU ha lanzado la campaña ‘Únete’, liderada por el secretario General, que se extenderá durante 16 días a partir del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El objetivo es fomentar esfuerzos colaborativos entre el Estado y la sociedad para combatir este flagelo.
Aunque se destaca que el 78% de los países ha asumido compromisos presupuestarios para implementar leyes contra la violencia de género, y que 162 países cuentan con leyes sobre violencia doméstica, la representante de ONU Mujeres en Colombia, Bibiana Aído, enfatiza la necesidad de invertir en la prevención como medida fundamental. Aído destaca que «invertir en prevenir es lo mejor que se puede hacer», haciendo un llamado a la acción tanto a nivel institucional como individual.
Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta que la violencia contra las mujeres a nivel global tiene un costo significativo, estimado en 1.5 billones de dólares. Sin embargo, solo el 0.2% de la ayuda al desarrollo se destina a la prevención de la violencia de género, y los Estados invierten menos del 0.1%, evidenciando la necesidad de asignar recursos adecuados para abordar esta problemática de manera efectiva.