La reforma laboral del Gobierno Petro enfrenta nuevos desafíos, y el Congreso de la República se encuentra dividido en torno a su futuro.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, y el senador Miguel Ángel Pinto protagonizaron un enfrentamiento directo a raíz de la posible caída de la iniciativa legislativa.
El proyecto de reforma laboral, que ha generado una serie de reacciones negativas desde diversos sectores, parece estar al borde de su fracaso. Ocho senadores han presentado una ponencia para archivarlo, lo que deja la reforma en una situación extremadamente precaria, salvo que ocurra un giro inesperado en el proceso legislativo.
La controversia se intensificó cuando, a través de su cuenta en X (antes Twitter), el ministro Sanguino acusó al senador Pinto de ser el líder de los ocho congresistas que buscan hundir la reforma. “Vean ustedes quién es el personaje que lidera el espurio grupo de 8 senadores que pretenden hundir la reforma laboral“, dijo Sanguino, desatando la ira de Pinto.
El senador del Partido Liberal no tardó en responder y arremetió contra el ministro de Trabajo, calificándolo de “cobarde y mentiroso“. Pinto también le recordó al funcionario que, en su momento, fue imputado por corrupción por la Fiscalía General de la Nación. “El único que ha tenido proceso por corrupción es usted”, expresó el congresista, instando a Sanguino a ofrecer más argumentos sólidos sobre la reforma laboral.
El senador también mencionó que el caso de supuestos vínculos con el paramilitarismo que fue publicado por la congresista Clara López había sido desmentido por él, y le pidió al ministro que dejara de hacer acusaciones infundadas. “No sea rastrero”, le indicó. Además, Pinto le sugirió a Sanguino relajarse y tomar un “tinto no tan cargado” en un tono irónico.
Por su parte, Sanguino defendió la reforma laboral como una medida clave para los derechos de los trabajadores, pero también reconoció que la iniciativa está en grave riesgo. La Comisión Séptima del Congreso, encargada de estudiar la reforma, tiene tanto ponencias de archivo como alternativas que aún no tienen el apoyo mayoritario necesario para avanzar.
El presidente Gustavo Petro también se ha pronunciado sobre la situación, anunciando que recurrirá a la opinión pública para presionar al Congreso, y afirmó que convocará una consulta popular para que sean los ciudadanos quienes decidan sobre el futuro de la reforma.
Con el tiempo corriendo en su contra, la reforma laboral podría enfrentar su posible hundimiento en los próximos días, cuando los congresistas se enfrenten a una votación clave que podría determinar su destino. Mientras tanto, la tensión en el Congreso sigue creciendo, con acusaciones cruzadas y la incertidumbre sobre el futuro de una de las propuestas más ambiciosas del Gobierno.