La región de La Mojana, compartida por Bolívar, Antioquia, Sucre y Magdalena, enfrenta un ciclo repetitivo de inundaciones devastadoras y la constante ruptura del dique de Caregato. Este territorio de más de 24.000 kilómetros cuadrados, conocido por sus fértiles tierras y sus comunidades resilientes, está nuevamente en crisis.
Impacto de las Inundaciones
Las inundaciones son una parte constante de la vida en La Mojana, una región donde la coexistencia con el agua es inevitable. Los habitantes, conocidos como “mojaneros”, han vivido durante generaciones en armonía con los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge. Sin embargo, el fenómeno de El Niño ha provocado sequías extremas, afectando gravemente la agricultura y la pesca.
Polémica del Dique de Caregato
El río Cauca ha roto el dique de Caregato más de 33 veces, causando pérdidas catastróficas. A principios de mayo, el dique se rompió nuevamente, afectando a decenas de familias. La gestión de este dique ha sido objeto de controversia debido a un contrato de 130.000 millones de pesos firmado por la UNGRD para su reparación, ahora bajo escrutinio por supuestas irregularidades.
Plan del Gobierno y Respuestas Comunitarias
El presidente Gustavo Petro anunció un plan billonario para “liberar los espacios del agua” en La Mojana. Sin embargo, las comunidades exigen soluciones definitivas que vayan más allá de cerrar el dique. La ingeniería Zenú, que manejaba las aguas mediante canales hidráulicos y camellones, ha sido propuesta como un modelo, aunque algunos expertos consideran que no es aplicable a las crecientes súbitas actuales.
Desafíos y Propuestas
El problema estructural de la sedimentación y contaminación del río Cauca complican las soluciones. Los habitantes piden dragar y limpiar los ríos, y construir un dique de 56 kilómetros desde Nechí, Antioquia, hasta Achí, Bolívar. El gobierno se ha comprometido a invertir en restauración ecológica y apoyar a las comunidades con proyectos sustentables.
Futuro de La Mojana
El presidente Petro ha prometido que la reubicación de familias será voluntaria y ha ordenado la compra de viviendas. Mientras tanto, el contrato para reparar el jarillón sigue en marcha, pero el tiempo apremia. Las comunidades de La Mojana buscan respuestas que les permitan continuar viviendo en su tierra, con soluciones que aborden de raíz los problemas de inundación y sedimentación.